sábado, 26 de febrero de 2011

imagenética de la manzana.

antropología simbólica. el secreto del símbolo. En cuento.

El linaje de 3 manzanas.

En el mundo de Adán y Eva, cada cosa era. Vivían y eran, siendo todo digno de ver. Vivir sólo por el ser, 'por dios', con absoluto inmediatez. Sin ningún interés, sin problemas ni quehacer. Como peces. Sin deseo, el paraíso sin necesidad. Todo y singular. Todo razón de sí mismo.


Entonces algo dejó de ser algo. Una nota disonante. Una norma se inventa desde la libertad y crea la imaginación política. La vanidad del derecho, la ontologia del sujeto imaginario. La duda como gesto único, el pensamiento como primera traición a lo absoluto. Descubrieron la jaula. Dudaron, pero la libertad de los iguales no necesita razón. Todo era razón de sí mismo. Cada cosa era, incluso cada palabra era. Verdad, verdad. Y abrieron la jaula. Puro gesto, integridad del hombre en el paraíso, el paraíso era la verdadera neurósis. La harmonía resulto ser un objeto subjetivo y con desacralizado desencadenamiento. La manzana fué el destino de las posibilidades del hombre sin causas más que si mismo. Y el árbol de la tragedia de la humanidad que se cuenta a sí misma. El hombre era infantil, su razón no igualaba la seriedad de diós. Cuando digo no es no, pero tu me dudas porque buscas gestos. Entonces murieron también las situaciones. El azar fué azar, no imaginación, no política, no revuelta sinó vuelta al idealismo de querer estar mañana en ese pasado ideal, sin idea, sin principio de linealidad.

Había dejado de ser necesidad de sí mismo. Manzana. Su existencia respondía a algo que tampoco era el otro, diós y en ellos, no era ello sino una puerta, ventana, droga, u otro símbolo, u el pensamiento. La manzana era mensajera. Les habló desde el infinito. Nadie sigue al infinito. ...era para dios. Era el vacío, lo imposible, el humano encerrado en su símbolo en perpetua huida. Pues era para otro que no era para el mimso sí mismo como eran las demás cosas del mundo.

Pero aún Dios era, y la distancia se multiplicaba en la cosa que era algo, que creaba la razón, episteme, episteme. El miedo del paraiso era un espejo de Adán y Eva (de su dios, su duda, su fé). Sin necesidad ni acto. El principio de realidad hacia ningún lugar, pero como huida, desde el paraíso. Casi no les dió tiempo a contar si habían sido felices. Ni recordaron el sabor de la manzana. Lo otro era olvido. Semilla del acto creador antes de la voluntad de vivir.

Y después de la travesura, claro. . Se abrió el tiempo. Antes. Y Ahora, no hay razones, todo es de alguien, haz hombre haz mujer tu camino que ya no eres animal y por eso sufres más que ningún otro. Tu mismo fango primigenio, tu misma sopa primordial, y una manzana en el mercado medieval que es excusa para otra cosa, para sí misma no, todo es nada. Y el deseo. Y el deseo, que era nostalgia, y la maldición después del sentido. Maldita manzana, pobre diós. Dios, ya sabemos que es malo, el cielo existe, pero el hombre es peor.

Lustros después. ..

Newton. Otra manzana. Se dió cuenta que se dió cuenta. Qué cuenta sé dió, que qué. Él se dió, y se la dió a si mismo. ¡Eureka! ¿El qué? Las cosas no salen volando. Deducción. Hay leyes ergo la realidad se deduce ergo se deduce que se deduce. Y cuantas cosas hemos deducido. Y comunicar: Se puede conocer. ¡Que curioso el mundo! ¿Que habrá antes? Lo que se dá es porqué existe algo que hace que se dé.. ¿Diós? Ja! El hombre te reta! Todo es técnica. Pero, ¿porqué no conseguimos copiar la naturaleza? Haremos nuestro jardín, será el lobo un perro.. Pavlov salibaba. Newton sabe que saber que sabe le sabe mejor que saber que el saber solo le sirve al poder, y aun así.. el poder saber que el saber es poder sabe mejor que saber que el poder es un saber que hay que discutir ¿Se comió esa manzana que tanto nos ha hecho hablar?



El hombre puede conocer porque se dá cuenta. Dá cuenta conociendo de un mundo objetivo. En el mundo objetivo el hombre busca la unidad. No hay naturaleza sin mapa. Ley, fuera, máquina, objetividad, sapere aude, velis nolis, adiós a los cuentos.. Vamos a hacer un mundo geométrico. El ordenador. Pero aun el hombre no se entiende. Guerra, enfermedad, mal, zombies, democracia. Discutimos a menos que el científico nos diga que nos va a arreglar el mundo. Diós no existe. Es un objeto de decoración. El paraíso es una ciudad como una manzana con ciudadanos como gusanos. La manzana es la excusa, todo es la excusa, la vida es la excusa.

Momentos después.

Nadie se acuerda de la manzana. Los mapas se transitan y se viven pero ya no son necesidad de ciencia. Lo natural es natural, el deseo es deseo. La ciencia funda su objeto. El objeto es diferencia como modo de descubrimiento. Excusa para hablar. Para esconderse. Para hacer que se pasa hambre porqué hay un vacío que no huele a nada. Manzanas, revistas de salud, miedo y curiosidad. Anonimato en masa, cuentos de heroes, descuentos en los almacenes. El acto más acto es discutir el acto. La historia es sólo beneficiarios. Quizás podámos devolver la neurosis para los demás. Todo está quieto. Todos los intestinos (instintos) se mueven hacia la causa de si mismos. la cultura es otra naturaleza. Es creer sin creer, la condición de saber, que somos libros cuando decidimos creer saber. El acto es vivir conviviendo. Y censurar las ideologías de los otros. Mi gusto contra las fantasias de la tele, las personas se desprenden de sus yoes sin saber que aprenden a decir tele, tele, y se suicidan porqué entienden. Aunque nada es relevante como para morir en la hoguera. Yo una vez lo intenté. El cuerpo es política y la ciencia es gimnasia y las religiones son amigas de las almas, y los cuentos son prisiones. Discutimos, rápidamente, el tiempo es economía. Debe haber un secreto. Ya lo tengo: Romanticismo publicitario. ¿Dónde está la manzana?



Y la manzana se convierte en antimonopolio. En rebeldía del símbolo escogido y amado pese a la incredulidad. Desvelarse es comunicar el sentimiento. El acto es sentimiento. El sentimiento es la realidad. La verdad no se cuestiona, discutimos y escapamos en estátus, en la simbologia. El teatro es hacer teatro. No hay ideología. No hay tercera vía, hay capitalismo con más cara. Hay implosión de cultura y vida y debate de actos y cuentos de vida y vida de nada incluso nada de vida. Materialismo. Distracción. Solidaridad o responsabilidad. Hipnosis. Hard cience. Antes nos olvidamos de la manzana. El principio de realidad es el principio. El deseo de la forma del cuento. Diós se vive bien. El Otro es el Dasein. Yo es una palabra. Una palabra no hace la imaginación. La imaginación es real, es una manzana.

ps: así que no me estrañó cuando tuve una duda existencial y fuí a ver a mi camello por un poco de hierba y más chulo que una botella de klein, pero menos afilado que la navaja de ockham, me dijo: tengo la hierba más pura, lo que te voy a mostrar es pura magia:



F.I.N.
ps.Un abrazo sin palabras!

Y un párrafo de Jose Luís Brea, Por una rizompolítica:

O, lo que es lo mismo, se añade: no hay lectura sin alucinación, no hay escritura sin el vértigo de la pronunciación enigma de todo lo que no se ha dicho, de lo que nunca estuvo ahí …

Ahora bien: no se trata de máquinas frías, geometrías puras, estables o entropizada -autoensimismadas. No: hablamos de sistemas dinámicos, en permanente inestabilidad, que constantemente viven imputándose fuerzas, transidos de afección –recíproca. Son máquinas-pensantes, sí, pero su motorización sigue las figuras del deseo –apertura, desplazamientos, fugas y devenires. Toda una cinética de la experimentación, del siempre estar deviniendo y siendo otro, nunca un "sí mismo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario