lunes, 8 de agosto de 2011

La feria/s


El principio de feria.

Porqué es una imagen de lo que quieres y el pozo de la posibilidad de habitarla.

Porqué existe, porqué funciona, porqué es indeterminable. Porqué también se puede escoger. Se debe a tí como tu te debes a la historia.

O porqué la feria es el reverso gestáltico de la disolución de la razón. Es la palabra final, los principios. O el acontecer de la palabra en el pensamiento, en la locura. Ahí está la feria, manténla ahí.

Es antes que nada la salida del buen salvaje al comercio, ese destelleo, ese grito, esa moneda que es un modo de vida predicado por la impostura capitalista de la vida. Que es también shock terapy, miedo tenaz y bulímia del sujeto y el réquiem al, al, deseo.

Es poder decir.

“Tratándose de una época en la que tantas cosas han sido cambiadas con la sorprendente velocidad de las catástrofes”, escribe Debord.

¿Ciudad de servicios? “Los placeres de la existencia han sido, desde hace poco, redefinidos autoritariamente”, escribe Debord.
(Unas palabras en memoria de la ciudad desaparecida)

El principio es escoger. La feria es equivocar, para dar voz. Porque el principio de feria, algo, no puede ser. Vende las partículas del ser, como vende compradores, como venda los objetos.. que al fin, se hicieron palabras en las paradas de la feria. Y la venta es su diós.

Vender, joder! ¿Dónde han llegado las palabras en este recorrido óntico de las psicósis mitológicas? La feria es escoger el panóptico, porque/porqué, tiene sentido. Y significado/significante. Y no tener sentido también, a veces, dá sentido, saber que no tiene sentido, tiene sentido, tanto sentido tiene, que siente, que tiene, que te tiene, ¿qué te detiene?

La feria, las palabras, las cosas, Das sein ist das Nächste. Pero.

Hay un ojo un poco azorado; se habla a sí mismo, lanza carcajadas”; en síntesis, estaría loco, si no trabajara, si no lo ensayara todo, es decir, cualquier cosa, a fin de ausentarse de sí mismo para encontrar algo. Pero no toda idea súbita es necesariamente buena. La sangre fría consiste en no embriagarse, en atrapar en medio del desorden la antorcha capaz de iluminar ese modelo ideal, ni percibido ni concebido, silueta imaginaria cuyo cuerpo toma ya el color de la carne.
La paradoja de la representación.
Ennandeau

Es la razón de las sensaciones. Es buscar el sentido desde lo bello, ¿de acuerdo?, desde 2010.