lunes, 24 de enero de 2011

Represión, Opresión, Expresión...

No me gusta usar la palabrota represión...

Que si Freud entendió en las guerras mundiales la bestia despiadada-del-hombre y desarrolló la teoría de la represión como requisito inevitable (aunque algo costoso 'sic') del desarrollo cultural; que si para la religión es el peaje inevitable por la nostalgia del paraíso perdido o la llave de la salvación por medio de la victimización redimidora; que si es el sacrificio indispensable en aras de la moralidad colectiva; que si los reprimidos tenemos que bailar en los sucedáneos de voluntad de poder a lo Wilhelm Reich quién apuntó a que se ejerce la represión simplemente con el fin de crear el tipo de carácter idóneo para la conservación de una sociedad represiva; o a lo Herbert Marcuse que señaló la represión como un síntoma de la economización sexual que se deriva del principio de utilidad por el que se regiría la sociedad, una sociedad autoritaria; útil y autoritaria y funcional según las ideas de sociedad en los grandes relatos .. BRFF..

No me gusta usar la palabrota represión, porqué te hace aparecer como un psicologo con desfachatez, y suma poco la construcción del discurso crítico. En tanto que explicación plausible, sólo ofrece soluciones de reflexiones y acciones infrapersonales. De esta guisa la psicología no es más efectiva que el monólogo.

Imaginemos a Freud y su secretario dialogando.

-He descubierto que las personas son irracionales. - Eso ya lo sabia yo. - ..Y que este inconsciente librado a sus leyes psíquicas hace de las personas casi animales. - ¿Me estas llamando animal, Sigmund? A que te doy.. - Me refiero a todo el mundo, ¿Tu confías en todo el mundo?. - Bueno, yo no conozco a todo el mundo. - La educación pasa por la represión de los instintos! - Pero qué instintos si somos burgueses. - Eso es! No podemos confiar en la libertad, incluso el aburrimiento puede ser una forma de maldad. Estoy pensando en una teoría general de los modelos sexuales. - Sigmund no te cabe el ego en las palabras. ¿Te recuerdo que tu hija es lesbiana? - ¿Y tu como sabes eso? - Creo que huyes de la realidad con tus abstracciones. - Necesitamos entender los flujos simbólicos. - ¿Y lo vas a hacer tu? ¿Podríamos al menos discutirlo?

No me gusta la palabrota represión también porqué hay demasiado de sistema modelizante en la psicología. Dejar de usar esa palabrota es un pequeño cambio para la lengua y ofrece un gran cambio epistemológico.

En cuanto la represión es un término que además encierra la concienciación en un espacio de interioridades pasadas, de causas psicológicas releídas y jaulas caracterológicas y caminos biográficos narrados en negativo... Difícilmente me parece que con ese discurso se pueda agotar su objeto -la persona en proyecto de conocerse y quizás liberarse- sin salir de la reflexión infrapersonal -de la persona para sí misma, para ella misma-. En la palabrota como Salida la misma dirección hace del sujeto un actor pasivo, casi instantáneamente una víctima de la interpretación de las sombras que prescriben los psicólogos. Y además, linealmente.

Y no hay que olvidar que es en la misma formulación de la problemática y de las condiciones objetivas del "seguir hablando-dialogando-estudiando" reside unas u otras posibilidades fin del acto. Pero en el discurso mismo dentro de una escuela -su meta final, su sentido de meta-discurso- queda coartado el horizonte del fin intencional' por el cual la persona pretendería auto realizarse, tomar consciencia, aprender, andar, vivir, extender la singularidad y sensibilidad a gestos y espacios posibles.

Es decir, no siempre, y no sin sus palabras positivas, pero, a menudo me parece que la psicología nos obliga a hablar de nuestras subjetividades como espectadoras y no de singularidades creadoras con códigos igualmente aprehensibles y criticables. Nos quita la crítica de la reflexión misma. Nos relega a ser espectadores de nosotros sin decirnos para qué (fin) habríamos de estar observándonos. Porqué la psicología puede ser una aliada de los miedos y incapacidades de sus voceros. Porqué el asesoramiento de otra persona debería tener como requisito explicar primero su historia, su pensamiento, su estudio y describir sus posiciones ideológicas para al menos poder imaginar su literatura de decisión. Para saber por medio de que acciones y reflexiones ha decido estar dónde está.

Y esto quizás nos lleve a fundamentar lo disperso de una sociedad tan volcada a las terapias y cursos de autoayuda-conocimiento-sanación-etc, como la occidental. Vivimos todos en un relato de iniciación sin fin, sin más o con razón de, por ejemplo, resarcir los vacíos de la vida concreta.. ¿?

Creo que deberíamos dejar de usar la palabra represión. Este cambio epistemológico, por un lado, nos implicaría descartar un tipo de ('hablar a la') subjetividad; y por otro lado, repensar la misma ciencia cuyo fin es descubrir el hombre.

Y creo que son importante la operatividad de las imágenes del mundo que forman nuestras palabras. Los conceptos, los valores, los discursos, las nubes epistemológicas, las narraciones nos dan identidad, pero su determinación es cultural, y ya ni siquiera hay una distinción relevante entre natural y cultural, así que desde que podemos hablar de todo, todo se ha vaciado de dirección y todas las direcciones me parecen que deberían llenarse con sujetos, pero la palabra sujeto ya lo dice demasiad, sujeto es también 'no libre'.

Guattari lo apuntó críticamente:
Descartes quiso unir la idea de subjetividad conciente a la idea de individuo y hemos estado envenenándonos con esa ecuación a lo largo de toda la historia de las filosofías modernas
(Guattari, Felix y Rolnick, Suely, p.46)

¿Me estoy desviando del tema? Un poco. No me gusta la palabrota porqué no da juego para discutirla; su punto de vista/ el mío. Y en la época -ahora- de más técnica y ciencia (como no!) la llamamos era de la incertidumbre (Bauman). Y Junto a la mercantilización y tecnologización del mundo de la vida [o colonización del mundo de la vida por el sistema -Habermas] cogen más importancia sectores' que discurren espiritualidades, humanismos, crecimientos personales, coachings, asesoramientos de desarrollo psíquico que hacen del contraste con la racionalización' científica' una manía para algunos y un quimera para otros, etc.

Si las humanidades! están en ciernes, la democracia se oxida. En todo caso son valores cualitativos, el individuo y las humanidades. Y el problema quizás es como dijo Raoul Vaneigem que todo lo que proviene de la economía vuelve a ella. Cuanto solo se reconoce el valor del dinero todo lo demás ha de reivindicarse continuamente hasta que quede claro. Y sirva como analogía, si el único valor proviene de un título, las demás palabras con sus respectivos discursos también prontamente perecen por falta de representación.

Somos la ciudadanía descreída de la política y de la religión y de los vecinos, ya por decir, y estamos desamparados en cuanto criterio. Lluís Duch recoge como síntoma parejo que nos hallamos en plena crisis generalizada de las expresividades humanas. Y parte de la culpa la ha de hallar en la insuficiencia de la razón analítica para que el hombre habite -concientemente- el mundo. O que el mundo habite en el hombre crítico. Y que no haya un hombre crítico sino un mundo perfectamente criticable. Y que no haya subjetividades asfixiantes sino expresiones subjetivas insuficientes. Que los gestos lleven la reflexión y viceversa, cual hombre imaginario que sabe que 'Il n'y a pas de vrai sens dans le texte' (Valéry)y cada texto es un contorno recortado al vacío del supuesto de una realidad ya completa.

Mi subjetividad se alimenta de acontecimientos dice Vaneigem, pues alimentémonos de subjetivaciones porqué aun el deseo es más real, es forma y expresión y cambio aún más cuando sabemos que no lo puede ser el sujeto.

Por lo que sobran razonamientos formales. Falta desvelar más narraciones.

le récit ouvre un théatre de légitimité à des actions effectives. Il crée un champ qui autorise des practiques social risquées et contingentes
(Michel de Certeau citado en Lluís Duch. 1995. p.177)

Y esto es importante -las prácticas sociales ricas- ya que vivimos en la era virtual, la de la multitudes solitarias, la del consumismo para el estatus para-simbólico, de valores propios y diferenciación subjetiva.

Logos y mythos se suceden continuamente por la imposibilidad de cerrar la interpretación del hombre y del mundo en uno u otro; se suceden la desmitologización del mundo por vía de la razón y el rechazo a la razón científica -o de la racionalidad de esta- para explicarlo todo.

Precisamente a esta quimera o esfinge es a la que pretenden sentenciar o anular o judicar algunos defensores de la racionalidad, correcta racionalidad les falta decir. Y me cuido de decir que yo no defiendo la taxonomía lógica/alógica como una etiqueta inevitable para reflexionar los tiempos, tan sólo digo que no creo que sea la única y no creo que esté agotada. ¿Qué es racional? ¿El punto de vista, la estructura, el interés, la repetición, la costumbre, la adecuación, el convencimiento, el vencer, la valentía, el dogmatismo, la potencia, el éxito?

No confío en quien solo ve las sombras de los otros. Como quizás se podría decir de Juan José Sebreli quien dedica 400 y pico páginas de "El olvido de la razón" a defender el proyecto racional de la Ilustración y a atacar los romanticismos y autores 'contramodernos' que según él descartaron la razón porqué se sintieron deplazados'.

El pensamiento moderno no entró en crisis a partir del estridente anuncio de su fin por los estructuralista, sino en el momento mismo de su origen. El surgimiento simultáneo, entre los siglos XVII y XVIII, del capitalismo, la industrialización, la urbanización, las revoluciones burguesas, los descubrimientos geográficos, la democracia política, el desarrollo de la ciencia y la técnica, engendró la concepción universalista, secular y racional de la Ilustración. Pero, al mismo tiempo, provocó, en sectores que se sintieron desplazados o vislumbrados (!) un futuro incierto, la reacción irracionalista, anti-ilustrada y contramoderna adelantando, en pleno apogeo del Siglo de las Luces, el clima romántico del tormentoso siglo XIX.
(Sebreli, 2007. p19)

Bien. ¡La exclamación entre paréntesis es mía! (Y la anterior también. Señala la explicación plausible de Cebreli para su teoría. Cebreli cree en la razón o si más no en la proyección del proyecto ilustrado, universalista, dixán, NASA, NBA, perd´´on, etc. Y en su obra, magnífica por cierto, rebate a autores que le contradicen, o lo harían si estuvieran vivos. Lévi-Straus, Adorno y Horkheimer, decenas. Y sin quitar el mérito de Sebreli, creo que se podria volver a la frase de Merceau antes citada: "le récit ouvre un théatre de légitimité à des actions effectives."

Se podría descartar a Sebreli con un argumento ad hominem de Gadamer.
Todo momento ilustrado comporta un contramovimiento de la vida que cree en ella misma, un movimiento para la defensa y la protección del milagro mítico en la misma consciencia: es el reconocimiento de su verdad.
(Mythos und Vernunft, 1977, citado por Duch, p.99)

O, diplomáticamente, intentar ser sintetizador:
Le romantisme consacre le repli de l'exteriorité empirique ou rationnelle vers le domaine de l'interiorité
(George Gusdorf, en Duch, p.123)

Pero en general creo que es 'bueno' que algunos desmitifiquen la tradición, con argumentos en pro de la lógica. Y también que otros científicos de-logicen la ciencia. Por ejemplo Claude Steiner, psicólogo transaccional', que usa un lindo eufemismo para decir cientificidad y alaba la intuición:

La racionalidad no es más 'científica' que la intuición. Simplemente, es más precisa que la intuición para manejar la información mensurable de que se dispone. (..) (y) Como tenemos muy poca información 'dura' sobre el comportamiento psicológico de los seres humanos, la intuición es extraordinariamente útil en esa área de las relaciones humanas
(Claude Steiner, p169)

Por contra a una razón de construcción de catedrales y de átomos, o una mitología dogmática y que no se cuestione buscar principios universales; quizás es más útil una razón de pensar las expresiones del hombre (en tanto que esfuerzo de sobrevivir y vivir y relacionarse con el mundo y con el mismo y trabajar, etc.). Esto seria en virtud de eso que el poeta R.W.Emerson dijo:
El hombre es mitad él mismo y mitad sus expresiones.


El hombre vive en sus expresiones pero no se agota en ellas. Es contradictorio, contingente, capaz de reflexión y de trascender su mismo existir por medio de ciertas cualidades poéticas u racionales... y sobretodo expresamente.

Entonces creo que quizás una forma de atender a las expresiones del hombre en el mundo sin limitar su espectro mítico pero también sin menoscabar su capacidad lógica, podrías pasar por entender la psicología como una mitología de las situaciones (Callois). La mitología de las situaciones podría interpretarse como proyección de conflictos del ser en el mundo. Es decir no encerrar en la hermenéutica como objeto el sino de sus acciones, sino interpretar la expresión al lado de otras expresiones y su posibilidad no encerrar al sujeto en sus expresiones.

Hay que desmitificar la noción de represión que se debe a sistemas defensivos de modelización y contención de la voluntad de vida y sus expresiones, sus expresiones no hacen el transito de lo interior a lo exterior sin esconder la violencia de instaurar solo un tipo de sensibilidad como norma.

Y el sujeto no tiene más tarea que deletrear las expresiones. Servirse de ellas. Y sobrepasar ese sujeto cartesiano que Nietzche tolera como un valor necesario para la conservación de la voluntad de poder.[Fuente]

Abreviando, como dice Nietzche: Lo que es no deviene; lo que deviene no es. (En Nietzsche de El crepúsculo de los ídolos o como se filosofa con martillo)

Así salir de la individualidad indefectible y darle una contextualización que bien podría ser una narratividad o bien otro tipo de búsqueda.

Así mucho más que de represión, prefieriria hablar del hombre oprimido, o hombre en proyecto de algo, o hombre en búsqueda de sentido, o en búsqueda de las expresiones de su estar en el mundo y su imaginación.

Como hizo por ejemplo Raoul Vaneigem para quien:

Lo imaginario es la ciencia exacta de las soluciones posibles.
Y punto. No hace falta complicarse.

Y si hace falta complicarse preferiría hablar del hombre en la estela de la pedagogía de liberación de Paulo Freire. Para Freire el existir como propiedad humana es vivir, pero implica más, es propiedad inalienable del ser capaz de transformar, producir, decidir, crear, comunicarse (...) El hombre 'que existe con el mundo' reflexiona, se refleja sobre la realidad, cuestiona su ámbito, es un cerebelo de convergencias. Y el binomio hombre-realidad implica las potencialidades 'conciencia de' y 'acción sobre' la realidad. Y definitivamente 'lo propio del hombre es estar situado y fechado', tiene una dimensión histórica y geográfica en la que el hombre proyecta su subjetividad y su capacidad consciente y su dimensión crítica y su capacidad transformadora..

Y es que toda razón se encuentra cultural e históricamente contextualizada también. (Por ejemplo, las muchas condiciones de su existencia y estímulo y necesidad o posibilidad.)

Y cuando el estudio del contexto o los incentivos de una obra u acción es reduccionista de la realidad o directamente inagotable podemos ir a buscar una mitología de la situación. Como las expresiones de la reflexión a-lógica sobre la existencia del hombre, su devenir y su aprehensión crítica o acrítica, creativa o espectadora, consciente de que sus gestos se deciden según su imaginación, que serian las posibilidades, y estas posibilidades se dan según una cierta voluntad de vivir y de poder y de subjetividad y de compromiso y de razones y mitos.. que en lo visible son valores cuyo sentido se forma en negociación con el entorno y este entorno bien puede demostrarse un marco que no se agota en la pretensión de racionalidad y lo que resta es una cierta contingencia del ser en una historia y un espacio..

Así que tomo más frase de Guattari:
En lugar de ideología prefiero hablar siempre de subjetivación, de producción de subjetividad. (...) La ideología permanece en la esfera de la representación... la modelización de los comportamientos, la sensibilidad de la percepción, la memoria, las relaciones sociales, sexuales, los fantasmas imaginarios. no nos permite comprender la función productiva (de representación) de la subjetividad.


Como hace Guattari en el libro Micropolíticas. Cartografías del deseo (junto con Suely Rolnik), creo que "la representación teórica e ideológica es inseparable de una praxis social, inseparables de las condiciones de esa praxis (...) Es necesario una cartografía de las formas en que son semiotizadas esas problemáticas."

Pues eso, discúlpenme por hablar de represión, a partir de ahora cambiaré el enfoque por el de imaginario como ciencia de las soluciones entre interioridad y exterioridad.

pd. Es más importante estar en proyecto de reivindicar un mundo mejor que no de anudar los esfuerzos en la propia representación de los conflictos interiores, que por otro lado pueden deberse a la concepción miope de creer que la persona es objeto y no sujeto del mundo.


Bibliografía

DUCH, Lluís. "Introducció a la Logomítica". Barcelona. Ed. Abadia de Montserrat, 1995.
BLANCO, Rogelio. "La pedagogía de Paulo Freire". Madrid. Ed. Endymion, 1995.
EMERSON, Ralph Waldo. "Obra ensayística". Valencia. Ed. Artemisa, 2010.
GUATTARI, Felix y ROLNICK, Suely. "Micropolíticas: Cartografías del deseo". Madrid. Traficantes de sueños, 2006.
SEBRELI, Juan José. "El olvido de la razón". Barcelona. Ed. Debate, 2007.
STEINER, Claude, "Los guiones que vivimos". Barcelona. Ed. Kairós, 2006.
VANEIGEM, Raoul. "Tratado del saber vivir para nuevas generacines" citado en Revista Anthropos 229 dedicado a la Internacional Situacionista.

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